"Cuando se adoptó el ojo como símbolo del Supremo Regente del Universo, fue con el objeto de representar la mente omniconsciente de Dios,
que todo lo ve y que por lo tanto conoce todo.
En ese sentido el ojo vino a ser el símbolo de la Conciencia Divina o de la Conciencia Cósmica (llamada por algunos místicos modernos, la Conciencia Universal)".